Ecos de Normalidad

En junio de este 2020 la escuela de fotografía y cine ‘Efti’ seleccionó a cinco alumnas para participar en un proyecto colaborativo organizado por el Museo Nacional de Antropología, el proyecto JFU: Jóvenes Fotógrafas Urbanas: retrata y comparte tu “nueva normalidad”. Desde el museo, nos propusieron que contáramos en imágenes nuestra “nueva normalidad”, entendiendo por ésta lo que está sucediendo en nuestras vidas desde que terminara el confinamiento más estricto en mayo del 2020.

Para realizar el trabajo, cada una debía presentar su propio proyecto, pudiendo contar con la ayuda de una o varias colaboradoras para realizarlo. Así, este trabajo lo he hecho en conjunto con Claudia Brihuega, educadora social, periodista y una gran amiga.

El trabajo estará estará expuesto en la página web del Museo Nacional de Antropología, desde el 23 de noviembre de 2020 hasta el 2 de mayo de 2021.


Ecos de Normalidad

Marina Gallardo y Claudia Brihuega
Eco
nombre masculino // ninfa de cuya boca salían las palabras más bellas jamás
nombradas.
1.1.
Sonido que vuelve a su origen al chocar contra otros elementos.
2.2.
Sonido lejano que se percibe débil y confuso.
"Hasta la colina llegaban los ecos de los tambores".


Un día estábamos en el parque y al siguiente en casa confinadas. De pronto, algo que parecía ajeno a nosotras cambió radicalmente nuestras vidas. Ya no teníamos libertad para desplazarnos, debíamos permanecer en casa por el bien de todos. Las calles se vaciaron y la vida desapareció de los lugares compartidos.  

Las restricciones nos llevaron al aislamiento, a dejar de tener contacto con otras personas Sólo conocíamos lo que sucedía fuera de nuestras casas por las noticias, y el miedo y la incertidumbre empezaron a invadir nuestro día a día.

Tras dos meses de confinamiento, el Gobierno aprobó un plan de desescalada, cuyo resultado sería la llamada “nueva normalidad”Pero, ¿Qué es la nueva normalidad? 

Nos dimos cuenta de que para cada una de nosotras la nueva normalidad era algo diferente. Entendimos que la realidad de cada persona había cambiado de una manera, esto no nos afecta a todas por igual Sin embargo, hay problemas y sentimientos compartidos, la vida colectiva no es la misma. Quizá, hemos tomado conciencia de lo que significa vivir en comunidad, de cómo el comportamiento individual afecta al conjunto de la población y de la importancia de las relaciones sociales en nuestro día a día.

¿Nueva? ¿Normalidad?

A raíz de esto, decidimos plantear el proyecto como una búsqueda, tratar de descubrir qué es para el resto la nueva normalidad. Creíamos que, pese a no tener una idea clara de lo que estábamos buscando, teníamos que salir a la calle a conocer cómo vive la gente, qué piensan y qué sienten ahora que estamos retomando nuestras vidas. 

Los primeros pasos nos hicieron darnos cuenta de la importancia que tenía para nosotras la conexión y los lazos con el lugar en el que desarrollar el proyecto. Por ese motivo hemos centrado el proyecto en San Sebastián de los Reyes, nuestro municipio, y la vecina Alcobendas como los espacios en los que interactuar y encontrar las posibles respuestas. Realizar el proyecto en la localidad en la que hemos crecido nos ha vuelto a conectar con nuestra propia historia.  

Recorrer las calles nos ha permitido observar cómo se desarrolla la vida en los diferentes ámbitos de un espacio público compartido. Conversar e intercambiar opiniones es lo que nos ha ayudado a esbozar una idea de lo que significa nueva normalidadSentimos este proyecto como un dibujo de puntos enumerados que se construye uniendo los diferentes relatos.   

Además, utilizar la fotografía como forma de aproximación a esta nueva realidad nos ha empujado a desarrollar la mirada como método de percepción. No sólo las historias de las personas con las que hemos hablado y la observación nos han ayudado a construir un relato propio, sino también la búsqueda de las imágenes a través de lo que sentimos.  

En el proceso, lejos de recibir el rechazo de la gente debido a la distancia social impuesta, nos hemos encontrado con que las personas se abrían y querían ser escuchadas. Hay muchos sentimientos compartidos: soledad, sensación de aislamiento, la necesidad de recuperar cosas del pasado, incertidumbre ante el futuro; también otros más positivos como empezar a dar valor a lo que antes no sabíamos que era tan importante para nosotros, pasar más tiempo con nuestros familiares amigos o realizar actividades que nos apasionan.  

Sobre todo, hemos sentido la necesidad de expresarse de las personas, ya sea a raíz de una pregunta en la calle, una reunión de vecinas en la plaza o realizando aquellas actividades que antes veíamos como hobbies o tareas.  

Por otro lado, esta crisis ha demostrado que los problemas con los que nos estamos encontrando en derechos humanos y servicios sociales, como la sanidad, la educación, el acceso a la vivienda, el desempleo o el menosprecio de la cultura, ya estaban presentes en la población antes de la llegada del Coronavirus. La situación ha incrementado una desigualdad que ya estaba normalizada. 

No hemos hallado una respuesta única a la pregunta de qué es la nueva normalidad, pero vemos sus efectos y esto nos lleva a preguntarnos si no es una consecuencia de la vieja normalidad, que nunca fue cuestionada. 

Esta investigación nos ayuda a comprender cómo las cosas sólo existen, para algunos, si tenemos un nombre con el que llamarlas. Aún hay mucho por descubrir, realidades que siguen ocultas tras su libertad sin nombre. 

Fotografías: Marina Gallardo

Texto: Marina Gallardo y Claudia Brihuega

Audiovisual: Claudia Brihuega

Visita la exposición online

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